Volví este año a hacer algún triatlón, y como no, el triatlón de mi querido pueblo, donde hemos empezado todos nosotros, y muchos otros compañeros, seña de identidad de un tiempo en el que había pocos, y el nuestro fue pionero gracias a unos compañeros apasionados del deporte, de la aventura, y de las emociones. Desde entonces han sido muchos años. Este 2018 para mi, después de un pequeño parón, era volver a sentir el hormigueo de los nervios de nuestra prueba. He hecho grandes amigos en este triatlón, y durante años fue lugar de encuentro de grandes triatletas. Era cita ineludiblemente obligatoria. Si algo eche de menos este año fue, además del público, que yo recordaba llenar la orilla del río, a mi hermano Miguel. Ese pique fraternal desde primera hora de la mañana. Esa comida y reposo, el preparar el material junto a él, y hablar de cómo irá la carrera. Pero hay otras cosas afortunadamente que no cambian, como el enorme cariño que tienen hacia esta prueba dos ilustres ya, Alberto y Che. Pase lo que pase aquí están, y no solo en sentido literal. Alberto siempre al acecho, perseverante hasta más no poder y que gracias los unos a los otros vamos mejorando marcas y registros. También este año, y no ha cambiado, Pedro sigue dando guerra, con la poca bici que lleva, se defiende como puede y lo hace genial…….van pasando los kilómetros, la prueba va acabando, sigo viendo compañeros, este año el trio calavera lo forman Raci, Ramón y Che. Van a su carrera, van animándose, van siendo uno, y eso cuando te cruzas con ellos, se nota. Sigo cruzándome corredores, observas ya su fatiga, y ellos la tuya. Aparece el gran Sete, me ayuda, me sonríe y sigue disfrutando de la prueba y de todas las que hace, porque poco a poco va sumando pruebas, es el sucesor de Che haciendo pruebas cómo siga así. Veo a Ana e Inés también, van luchando duro…..aquí lo bueno es que cada uno tiene su guerra, su frente abierto. Respiro ya más aliviado, veo que Alberto y Lelu vienen algo detrás y no me darán caza. Qué tíos, cada vez corren más…y yo menos, jjjjjj…..Lelu este año asusta y su esfuerzo tiene ya recompensas.
Las cosas cambian, o sufren un cambio, como prefieras……no cambia Ismael en su silla animando a los deportistas, es ya un clásico y ojalá seña de identidad propia por muchos años…..echo de menos a Javi en el curva, animando, gritando, alentando, pero este año en su lugar ha estado otro relevo natural, que no deseado….Iñaki a ocupado ese meritorio puesto, y no lo ha dejado vacío, secundado por Josean y Luis Ángel, nos han animado hasta reventar, y este año estar bajo el sol ya ha tenido mérito.
Se acaba la prueba, Carlos no acaba con el carrete, ojalá pueda sacar muchas fotos más, aunque estará mejor corriendo, seguro.
La prueba sigue pasando, llega a su fin, y aunque mucha menos gente, sigo viendo cosas y gente conocida, animándonos. Nunca, quizá, se lo hemos dicho, parece una cosa ya normal, pero gracias a todas esas personas que nos animan, porque llegar a nuestro puente siendo de Astudillo es una emoción indescriptible. GRACIAS.
La prueba se acaba, y me resisto a ello. Puede ser el final de un ciclo, puede ser el final de casi 20 años de relación. No sé lo que pasará, pero gracias a los que habéis ayudado a consolidar nuestra prueba. No es tiempo de restar, sino de sumar, gracias a Rubén y su equipo, que durante muchos años han organizado la prueba, gracias a mis compañeros, que durante muchos años han participado en esta aventura. Se acaba un ciclo, grande, y de una prueba ilustre…….gracias a todos de nuevo y esperemos que sea un punto y seguido.
Y despido está crónica también dando las gracias a otro ilustre, cuya labor a veces no la damos importancia, y es a Palomo, que sigue y sigue dando paladas a nuestro lado, y que si ya cuando era pequeño nos enseñaba a nadar, ahora sigue dando ejemplo.
Gracias a todos😘
Gracias capi tu crónica siempre nos emociona