Amanece un día soleado con una buena temperatura para estar a principios de marzo, se acercan las 10:30 de la mañana y ya se empiezan a ver los primeros coches y furgonetas que llegan al pequeño pueblo de Itero de la Vega.
Después de los primeros saludos con los compañeros, muchos nos dirigimos al bar Tachu a tomar un cafetín rapido, para posteriormente irnos a cambiar para salir hacer una ruta con la bicicleta, que nos habia preparado Javi.
La ruta estaba diseñada para todos los públicos, aunque no iban a faltar algunas subidas como la del coto gallo o Tamarón.
Se sale a la hora prevista, 11:00 de la mañana. Salimos del pueblo los 35 “valientes sobre las dos ruedas”, gente del triatlón Astudillo, triatlón Palencia, algún amigo de estos y como no las chicas que no se pierden una.
Se rueda tranquilo y sin prisa, que es lo que se acordó para la marcha, así que los “gallos” ya tendrán otro día. Nuestro compañero Carlos empieza la sesión fotográfica y no dejará las fotos hasta la llegada, a la llegada a Castrojeriz las chicas tienen decidida otra ruta y hay se separan nuestros caminos. Llegan las primeras subidas y el grupo se empieza a estirar, pero no pasa nada, no se hace sangre, se para y nos volveros agrupar como se dijo, y otra vez vuelven las risas al grupo y los comentarios de que aquí no entrena nadie… Paradilla a mear, como en toda buena marcha y otra vez en ruta.
Los últimos 15 Km con el viento a favor se rodó bastante rápido, cada uno lo hizo a su ritmo, el grupo se estiró un poco, pero todos acabamos perfectamente los 71 kilómetros de marcha.
Después de darnos un agua para quitarnos el sudor y refrescarnos un poco, tomamos unas cervezas por los bares del pueblo y a continuación nos fuimos a comer unas patatas con jabalí que muy gustosamente nos había preparado mi querida madre y Carmen.
Ya para acabar, espero que tod@s hayais disfrutado del día pasado en Itero de la Vega, ya que la marcha era solo un motivo para juntarnos a pasar un rato con buenos compañeros y comer bien.
Saludos a todos y repetiremos.
Autor: Rodrigo García