El pasado día 29 de julio, Illana e Ismael subimos a los Lagos de Covadonga. En un principio iban a acompañarnos Chao y Jaime, pero Chao tenía molestias en la rodilla y Jaime, “compromisos veraniegos”.
Tras el madrugón y el viaje en coche, y con un día espléndido de 22 grados, comenzamos el recorrido en Cangas de Onís, para ir calentando piernas. El trayecto no parecía muy complicado hasta que llegamos al monasterio y tras un giro de 90º la carretera empezó a endurecerse.
Fueron 12 km de ascensión en la que nos encontramos con Valentín, un extremeño que nos acompañó en algún tramo de la subida y que ya lo había hecho el día anterior.
En los momentos más duros, Ismael solo pensaba en culminar la hazaña para comerse un buen plato de fabada. Tras 1 hora y 25 minutos, la recompensa estaba más cerca y solo quedaba disfrutar del Lago Enol y La Encina.
Después del obligado avituallamiento comenzamos la bajada, haciendo parada en el monasterio para beber agua bendita.
¡Y sí, al final comimos la fabada!