
Un año más.
El sábado viajamos a la Rioja Alavesa para disfrutar de una prueba que ya es una fecha fija en el calendario y que espero poder ir muchos años.
Pero, antes del duatlón media distancia, toca visitar las bodegas Sonsierra y tomarse una copa de vino para templar los nervios.
Luego recogimos la bolsa del corredor y pronto a la cama que mañana toca madrugar.
Llegó el domingo… Desayuno, me calzo las zapatillas, cojo el material y la bicicleta y al área de transición a preparar todo. Lo reviso bien y a calentar.
Hace sol y no mucho viento, el día tiene buena pinta.
A las 8:50… Llamada a los corredores y a la linea de meta. Y ya son las 9:00… Pistoletazo de salida y a por los primeros 10,5km.
Este año los últimos kms me dejo llevar para poder hacer un buen sector de bici. Voy a por los 51km de bicicleta disfrutona… 3 vueltas a un mismo recorrido exigente, pero se me paso volado peleando con dos cabras. Transición y a por los últimos 11km. Ya se nota el cansancio, intento marcar un buen ritmo pero es imposible y toca apretar dientes, solo queda la última subida al castillo y 400m de bajada para cruzar la línea de meta. Ya es mia un año mas y mejorando 15 minutos el tiempo del año pasado. Que bien me han tratado y como he disfrutado, toda una comarca volcada para hacer que esta prueba deportiva sea tan especial.
Comemos en Laguardia y camino para casa las piernas tienen vida propia, pero imposible quitarme esta sonrisa gracias San Vicente, gracias Rioja Alavesa.