San Silvestre de Lantadilla. Allí fui como único representante de Astudillo. Recorrido por las calles del pueblo, dos vueltas a un circuito callejeando con una distancia de unos tres kilómetros completamente llano. Muy poco populosa, acostumbrado a las carreras de ahora que son más masificadas. Mucha gente del pueblo y cuatro forasteros. Lo mejor ha sido el postcarrera, nos han premiado con un muy generoso bocadillo de panceta que ha sabido a gloria.
