Este sábado para mi, ha sido la mejor travesía que he realizado hasta ahora, sobre todo por el entorno y por como se desarrolló. Llegamos a Riaño sobre las tres y media de la tarde, y Rober nos tenía prepara da una paella enorme, de la cual dimos buena cuenta, acompañada de su correspondiente café y sobremesa. Ángel y Sonia llegaron más tarde y después de la etapa del tour nos dirigimos hacia el embarcadero, sin saber muy bien, al final, la distancia que íbamos a nadar. Las cosas no pudieron empezar mejor, el pantano estaba como un auténtico plato, sin nada de aire y espectacular. Un señor en el bar de la paella se había prestado a llevarnos en su barco; lo que no pensábamos es que era un velero muy bonito. Al final en varios barcos y el velero, nos acercaron a una isla cercana, y allí empezamos a nadar Jaime, Tato, Sonia, Ángel, Miguel y Ernesto; mientras que esposas, novias y curiosos nos acompañaban con diversas embarcaciones. Impresionante paisaje y entorno, sobre todo cuando pasamos por debajo del puente de la carretera de Riaño. Total, un poco más de 3000 m, con el agua bastante caliente y muy limpia, y con unas ganas enormes de volver. Una cerveza para refrescar y dimos fin a una tarde espectacular, donde faltaron, por desgracia, más nadadores.